viernes, 3 de enero de 2014

Testimonios: La lactancia de Dante, por su mamá Rosmary.

"Como madres nos sucede muy a menudo que aunque estemos rodeadas de un sin fin de personas al final nos sentimos solas viviendo está experiencia como quien va en un tren descarrilado y a toda marcha.
@rosmasz y su amado hijo
Vemos a nuestro alrededor otras madres a quienes creemos se les ha hecho súper fácil el trabajo y llegamos hasta a considerar que a nosotras nos tocó la experiencia más dura o más llena de obstáculos.
Al menos así me sentí yo durante mis primeros días de maternidad. Me he permitido contar mi experiencia para decirte a ti querida lectora que a todas nos ha tocado una dosis de trabajo duro, que como madres todas hemos tenido que sobrellevar alguna crisis en nuestra experiencia materna y que sin excepción alguna todas hemos tenido que equilibrar nuestras expectativas sobre la maternidad para disminuir la presión y disfrutar día a día ese milagro que la vida nos ha otorgado.
Durante mucho tiempo en mi vida había decidido por múltiples razones (banales todas ellas) no amamantar a quien fuese mi futuro hijo o hija, me escudaba en la idea de que el bebe no necesitaba pegarse al pecho materno para recibir sus nutrientes y aunque no me negaba a lactar con leche materna, si estaba convencida de que no lo haría a través de la teta.
Sin embargo, como quien vive una experiencia de esas que le marcan la vida y le cambian el paradigma nació mi sobrina, mi hermana quien es de pezón reconstruido se vio en la tarea de extraerse la leche pues la beba poco se pegaba al seno, como resultado, mi hermana abandonó la lactancia y el final de la historia está lleno de múltiples enfermedades respiratorias y estomacales para mi sobrina.
Con ese aprendizaje en mente decidí durante mi embarazo brindarle a mi hijo Dante lo mejor de mi y eso sólo se lograría con la lactancia materna a demanda.
Mientras estaba embarazada me preparé para lactar, vi vídeos, leí libros, leí entradas de blog, asistí a charlas e inclusive tuve una sesión privada para aprender el agarre correcto del bebe en el seno. Me convertí para amigas y familiares también en estado en una promotora del arte de amamantar.
Finalmente el día esperado llegó, nació mi bebe y allí estaba yo esperándole con los brazos abiertos y llena de deseos que lo cubrirían de amor y de mi protección. Había incluso pedido que mi hijo permaneciese todo el tiempo a mi lado para garantizar la lactancia a demanda además de impedir que las enfermeras del retén le diesen fórmula.
Sin embargo al poner a mi bebe en el seno la leche materna no salía. Recordaba eso de: "Pegarse al bebe es lo único que hace falta" y me decía a mi misma: por qué no me sale leche?. Intenté no presionarme  pese a la mirada inquisitiva de quienes me rodeaban, de esos quienes libremente opinaban sobre lo fácil y rápido que sutanita y menganita dieron leche abundante para sus bebés, de esos que teorizaban sobre el porque de mi falta de leche y más aún sobre aquellos que buscaban algo malo en mi que les permitiese justificar la falta del alimento para mi hijo. Traté de no sentirme como un fenómeno de mujer cuando los días iban avanzando y mi leche no  llegaba, mientras yo seguía pegándome a mi bebe a la teta que para ese momento era un chupón. Me decía a mi misma: no importa que duela con tal y el trate de sacar la leche, olvidando todo lo leído y aprendido sobre lactancia durante los meses previos. Pero si importaba, por el dolor mientras lo tenía en mi seno no disfrutaba del contacto e iba cediendo poco a poco a la fórmula, su facilidad y practicidad.
Casi una semana había pasado y mi hijo en cada minuto desarrollaba ansiedad ante el seno, exponerle a un seno vacío, a una madre dolorida estaba resultando un suplicio, más cuando lo que le calmaba era un tetero. Cuando menos lo esperé, cuando lo deje de desear mi leche llegó, y allí estaba yo feliz pero adolorida, cansada y con un bebe que prefería chupar de la mamila plástica que del seno de su mami y lo demostraba llorando a horrores ante el. Sentí que me había preparado psicológicamente para ello tras años de programación con eso de: "no le daré directo del seno" y comencé a vaciarme con extractor con una rutina de sacado de leche cada 3 horas. Todo resultaba agotador, las madrugadas eran un sufrimiento para mis senos y mi espalda, me justificaba diciendo: haré el sacrificio por mi hijo, pero deseaba que pasarán los 6meses para abandonar la lactancia y dejar esta rutina  de 40 minutos de extracción para 4onzas de leche.
Un día decidí postear en twitter mi experiencia y como solución caída del cielo fui invitada a un grupo de madres que amamantan, allí compartí virtualmente mi experiencia y me sentí liberada, acompañada, entendida.
Recuerdo claramente el consejo que hoy por hoy me hace sonreír mientras tomó la mano de mi bebe de dos meses y medio que se alimenta feliz y exclusivamente del seno materno: "imagina que acaba de nacer, olvídate de todo y vuelve a empezar". Fue un código especial que me hizo revivir ese momento mágico de tenerlo en mis brazos por primera vez y me dio el empuje para colocarlo confiada al seno, sin ansiedad, llena de amor. Ese clima de paz nos envolvió a los dos y en segundos ese niño que hacia 20días lloraba de sólo sentir el seno en su boca estaba feliz, agarrado de su tetica como si nunca hubiese vivido algo más, como si lo único que conociera fuese el seno.
Me tomó 25 días, un pezón roto, muchas horas de trasnocho sacando leche y un consejo en el momento justo volver a empezar.
Hoy por hoy te digo amiga lectora que no existen madres con conocimientos y trucos secretos, sino madres dispuestas a apoyarnos, atrévete a preguntar, a comentar a hablar, cuando un niño nace viene al mundo con muchas madres dispuestas a apoyarte, así que no estás sola en las madrugadas, ni mientras le atiendes, muchos corazones están allí haciéndote porras aunque no los veas."
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